La "ciencia" de escoger aguacates y el acto de gobernar
"N"No crean que tiene mucha ciencia el gobernar"
Andrés Manuel López Obrador
Aproveché que había llevado a mi mamá al supermercado
aquélla ocasión, para preguntarle por su “técnica”
para escoger aguacates. Yo ya llevaba algunos años haciendo las
compras de mis víveres, así que no era un novato en el acto de escoger
perecederos, pero mi proceso de selección de aguacates (basada solo en el color
de la cáscara), me parecía más bien azarosa.
Mi mamá, con evidente orgullo, me
explicó “su técnica” de tocar los extremos del aguacate y validar que este
ligeramente blando (“ni duro, ni muy aguado”). A partir de ese momento, incorporé
la técnica de mi mamá a mi proceso de selección de los aguacates de la
semana.
Este par de párrafos viene a cuento
porque intento ilustrar que toda actividad “tiene su ciencia”, y
cuesta trabajo y requiere cierta dosis de conocimiento para llevarse a cabo: ya
sea definir un portafolio de inversión, trapear pisos, dar clases, administrar
una cenaduría o construir una casa. ¡Ah! Y también escoger
aguacates.
Y por supuesto, gobernar.
El presidente López Obrador ha mostrado un inmenso
desdén hacia el conocimiento técnico, no sólo en esferas académicas y
tecnológicas, sino incluso en el ámbito de la administración pública que él
encabeza. “90% por ciento honestidad, 10% por ciento experiencia”,
comentó a finales del año pasado al justificar un nombramiento cuestionado por
la opinión pública, lo cual es doblemente desafortunado. Primero,
porque deberíamos aspirar a un 100/100, y segundo, porque gobernar, contrario a
lo que afirma el presidente, es un acto increíblemente complejo.
Volvamos
al ejemplo de los aguacates. Supongamos que mi mamá no puede ir al
mercado y necesita que alguno de sus hijos compre los aguacates por
ella. Supongamos que somos sólo dos hijos y se asume que los dos
estamos dispuestos a hacer la compra y que ninguno le cobrará de más a mi mamá
(es decir, los dos somos honestos). ¿A quién le encomendaría mi
mamá la compra?
Mi hermano el menor pocas veces ha
comprado aguacates en su vida, así que queda descartado (no tiene
experiencia… y mi mamá no es muy tolerante con mercancías que no estén a la
altura de sus estándares). Yo hago compras con frecuencia, y no hace
mucho mi mamá me enseñó su técnica, así que creo que la preferencia de mi mamá
en este hipotético ejemplo, sería que yo le hiciera la compra (tengo más
experiencia que mi hermano en este campo).
El ejemplo es muy burdo, pero si
para una actividad tan simple como escoger perecederos se requiere una dosis de
conocimiento (eminentemente empírico, pero conocimiento al fin), ¿cómo
no iba a ser necesario para gobernar un país con las complejidades y la
diversidad que hay en México?
No se trata sólo de dar conferencias
de prensa y pasearse por el país y degustar antojitos en fondas de
carretera. Se trata de garantizar la cohesión de un sinfín
de actividades: importar gasolinas, apoyar en el día a día a las mujeres
jefas de familia, desarrollar en los niños mexicanos habilidades que el mundo
va a demandar dentro de 15 o 20 años, diseñar mecanismos para trasladar a más
trabajadores de la informalidad a la formalidad, abatir al crimen organizado y
fortalecer el imperio de la ley en todo el país. Y un larguísimo
etcétera.
Desdeñar el trabajo de organismos técnicos que
contribuyen al diseño e implementación de políticas públicas eficaces (como la
Comisión Reguladora de Energía, por poner un ejemplo), es limitar al gobierno
al mero acto de administrar, cuando lo que se requiere son transformaciones de
fondo para encarrilar al país en el siglo XXI. Así también,
asignar posiciones en la administración pública únicamente basados en la
lealtad al presidente (con nulas o inexistentes credenciales profesionales), no
sólo denigra la función pública, sino que también inhibe la
optimización de los limitados recursos públicos que desemboquen en
programas que atiendan necesidades sociales, sobre todo de las clases más
vulnerables (las que supuestamente son prioridad para la actual
administración).
Simplificar el acto de gobernar, es mentir con
descaro… o ignorar absolutamente de que va el asunto.
Fuentes:
Zavala, Misael. El Universal, 26 de junio
de 2019. “No tiene mucha ciencia gobernar: AMLO”. https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/no-tiene-mucha-ciencia-gobernar-amlo
El Financiero, 28 de noviembre de
2019. “Importa más la honestidad que la experiencia: AMLO sobre
nombramiento de Ángel Carrizales al frente de la ASEA”. https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/importa-mas-la-honestidad-que-la-experiencia-dice-amlo-sobre-angel-carrizales-al-frente-de-la-asea
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