11 de septiembre de 2001


"Me quedé viendo las noticias Pelón; un avión se estrelló en el World Trade Center", me dijo Miguel Vázquez, en cierta forma excusando su retardo en la oficina esa mañana. Recuerdo que lo juzgué a loco; me parecía un sin sentido que un avión volara a una distancia tan baja como para embarrarse en un edificio. Al igual que las otras 6,000 millones de personas que poblábamos el mundo en ese momento, yo era más cándido de lo que soy ahora y no concebía el suceso en su justa dimensión: el avión no se había estrellado por algún error mecánico o falta de pericia del piloto, sino que alguien intencionalmente lo había dirigido a su objetivo, el cuál sería más conocido como Las Torres Gemelas antes que como el WTC (yo suponía que Miguel se refería al de la Ciudad de México, supongo por un ataque de provincianismo).

"Our enemies have made the mistake that America's enemies always make. They saw liberty and thought they saw weakness. And now, they see defeat." - George W. Bush

De poco me enteré esa mañana. No tenía acceso libre a internet en la oficina, y lo poco que pude averiguar fue viendo los televisores (sin audio) en los locales comerciales que estaban en la misma plaza donde trabajaba. En algún receso laboral, mientras veía las imágenes de los noticieros, sentí un agudo escalofrío recorrerme el espinazo; le pedí un cigarro a Miguel de la Rosa y me lo fumé (yo, que no fumo más de seis cigarros al año).

Del trabajo me fui a la Universidad. Ahí me encontré con otro par de camaradas entrañables y uno de ellos, Luis Javier Morales que trabajaba en una cafetería de la zona rosa, tuvo oportunidad de ver a detalle los noticieros esa mañana. Me hizo una descripción pormenorizada de lo que él sabía hasta ese momento, incluido el segundo avionazo con transmisión en vivo a nivel global. "Ojalá repitan esas escenas durante los noticieros nocturnos" repetí para mí mismo, insisto, con una candidez de asustar: esas imágenes se han multiplicado miles de veces durante una década.


“Todo el mundo había sentido miedo en el mismo momento” – Antonio Navalón.
La mañana siguiente, la portada de todos los diarios del mundo fue lo acontecido el día anterior en Nueva York. "El Gran Desafío", fue la cabeza del diario al que mis papás estaban suscritos en ese momento. Así parecía, una provocación intestina al coloso, la cual tenía en vilo al mundo entero.

El miércoles 12 de septiembre de 2001, millones de personas en todo el planeta respirábamos un aire diferente, nos sonaba familiar el nombre de Osama Bin Laden,  y nos concebíamos mucho más vulnerables que la mañana anterior: el mundo había cambiado de un día para otro.

El siglo XX, según los historiadores, inició en 1914 con el asesinato del archiduque de Austria, Francisco Fernando, que provocaría la Primera Guerra Mundial y terminó en 1989 con la caída del Muro de Berlín, que prácticamente ponía fin al comunismo y a la Guerra Fría. El siglo XXI iniciaba "muy temprano", apenas el 11 de septiembre de 2001 con los ataques terroristas a las Torres Gemelas (y al Pentágono, en Washington).

¿Qué se generó a raíz de éste ataque? Al menos un par de cuestionables guerras declaradas por los Estados Unidos a Irak y Afganistán, aunque hay otros saldos más nebulosos derivados del 9/11: mayor encono entre Oriente y Occidente, en particular entre el Islam y los Estados Unidos, así como un mundo menos libre, al menos respecto al flujo de personas hacia los países modernos en Europa y Norteamérica.

En ésta última década, además del terrorismo, el mundo entero se ha visto horrorizado por desastres naturales de dimensiones apocalípticas y por una crisis financiera también prematura en comparación con el siglo XX: en el 2008 replicamos el colapso financiero de 1929, y aunque creímos salir de él en apenas dos años, la posibilidad de una recaída está latente, recaída que en éste momento tendría proporciones fatales dadas las condiciones de Estados Unidos, que durante 60 años ha sido la locomotora de la economía mundial.

Son muchas las preocupaciones del hombre global de la actualidad, las cuales se pueden compartir en tiempo real mediante las redes sociales; lo que es un hecho, es que ninguna de esas preocupaciones ha tenido el impacto de los avionazos del 11 de septiembre de 2001, que como escribiera León Krauze, logró "cambiar para siempre los usos y costumbres del planeta".

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