Independencia hoy


Estos días mi hijo ha manifestado la exaltación del patriotismo típica de los niños a los que se les enseña historia de México en sus años escolares: celebrando el triunfo de "los buenos" (siempre buenos, siempre prudentes y juiciosos) y la derrota de "los malos" (que son muy malos, siempre malos, "requetemalos"). "Ya platicaremos de eso" le dije, cuando orgulloso me presumió que "los mexicanos le ganaron a los españoles".

Entiendo que a un niño de preescolar no le puedas dar lecciones de historia de otra forma. No es fácil a esa edad ver a esos personajes "históricos" como personas con matices, que no son ni enteramente buenas, ni enteramente heroicas, ni enteramente malas. Lo verdaderamente incomprensible es que estos días hemos visto como desde el gobierno federal se busca "infantilizar" la historia y reducirla a un western de buenos (los indígenas y algunos mestizos cómo Hidalgo, cuya rebelión armada fue corta y de magros resultados), y malos (los españoles). Y si, esta versión burda y caricaturesca de la historia la promueve el gobierno encabezado por un presidente nieto de españoles y que vive en un Palacio virreinal.

¿Que podría significar la Independencia hoy? A nivel individual, ser un ciudadano con libertad de pensamiento y expresión garantizadas, aún cuando sus ideas sean contrarias a las filias del grupo en el poder. También, ser una persona que con su trabajo y sus talentos se gane el sustento suficiente de cada día, y al que no se le vea como un "súbdito", que deba honrar ciega lealtar al gobierno a cambio de programas sociales.

A nivel nacional, la independencia de los países se ha convertido en una interdependencia, donde no solo hay que entenderse y coordinarse con otras naciones y los acuerdos internacionales establecidos con ellas, sino que incluso hay que entenderse con las grandes corporaciones (a veces con más poder que los propios países) que generan riqueza que los gobiernos necesitan (ya sea como para cobrar impuestos o para que se generen empleos para sus ciudadanos). Jactarse pues, de ser un país "independiente y soberano" no sólo es relativo, sino que podría ser hasta falso (y aplica para todos los países, además).   

En el más sublime de los absurdos, el gobierno de México festeja y se pavone de una supuesta independencia cuando estamos en el punto más alto de dependencia de la riqueza generada por mexicanos en otros países (las remesas), pero el gobierno seguirá celebrando en máximo histórico de las remesas como un logro propio, y seguirá promoviendo su independencia "de caricatura". Y también seguirá considerándonos niños en edad preescolar.

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